El papel de la afectividad en la teología moral: un análisis histórico-crítico
Abstract
Sumario: I. Introducción. II. Importancia de la afectividad en la vida cristiana : 1. La afectividad en los Evangelios. 2. La afectividad de la Humanidad de Jesucristo. 3. La devoción al Sagrado Corazón de Jesús. 4. Liturgia de la Iglesia y afectividad. 5. Afectividad en la vida de los santos. III. Causas del desprestigio de la esfera afectiva: 1. Equívocos y prejuicios. 2. Intelectualismo griego. 3. San Agustín de Hipona. 4. Santo Tomás de Aquino. 5. La voluntad, única fuente de moralidad: la ética kantiana. 6. Sentimiento moral y Emotivismo. 7. Deformaciones, faltas de autenticidad y errores de interpretación en la esfera afectiva.
Es innegable que el mundo afectivo interviene de modo determinante en la actuación de cualquier individuo. Esto ocurre igualmente en la vida cristiana, cuya plenitud incluye también el perfeccionamiento de la esfera afectiva. A lo largo de la historia, sin embargo, la afectividad humana ha sido valorada de manera muy diversa, y, en concreto, en el ámbito de la teología moral, tradicionalmente se le ha reservado un espacio más bien marginal: todavía hoy se percibe la dificultad de comprender cómo se integran los sentimientos y emociones en la vida moral.
Nos proponemos en estas páginas ofrecer algunos elementos que ayuden a mostrar las raíces de ese contraste en el que se ha movido la teología moral, subrayando la conveniencia de una mayor conciencia del protagonismo que ocupa la afectividad en la edificación de una auténtica personalidad ética.
There is no doubt that affectivity is a decisive source for human action. This is also true in Christian life, which includes the moral perfection of emotions. However, affectivity has been understood throughout history in diverse and even opposing ways. In traditional moral theology it has had a marginal role; even today, one perceives a difficulty in integrating affections within moral life.
In this paper we seek to offer some elements that could help to show the roots of that contrast in which moral theology has been entangled, underlining the importance of a greater awareness of the affections in the construction of a real personality.